viernes, 11 de septiembre de 2009

Conspiración

Ultimas horas del sábado 16 de Nisán. Dentro de una cueva oscura envuelto en una mortaja blanca, un cuerpo mancillado y sin vida yace sobre una losa de piedra. El silencio pelea el reinado de aquel lugar con la penumbra, hasta que es mordido por unas lexías extrañas que ahuyentan el óbito de la caverna. Súbitamente el finado abre los ojos, sus sentidos salen de su mortuorio letargo. Su olfato es el primero en recibir la bienvenida al mundo terrenal por el hedor nauseabundo que habita dentro de la sabana que lo cubre de pies a cabeza.

Al quitársela de encima, una sensación aflictiva invade su cuerpo desfragmentado. Trata de ponerse de pie pero siente que se desgarran sus músculos. Gime en forma lastimosa, siente la necesidad de llorar pero de sus deshidratadas pupilas no hay lágrima alguna.

Otra vez esas voces desconcertantes en forma de chillido, en esta ocasión le erizan la piel. Quiere ubicar de donde provienen, pero no lo logra por el eco que al multiplicarlas lo confunde. Trata de calmar sus nervios, de ordenar sus ideas y de entrar en razón.

Aunque el haber estado tanto tiempo inerte ha mermado su capacidad intelectual, su cerebro poco a poco va hilvanado recuerdos; el Gólgota, la cruz, los clavos… pero son abruptamente interrumpidos por unos susurros que pronuncian un nombre. Su inquietud es mayor cuando de pronto en medio de esa densa oscuridad lo toman de la manos, su débil corazón comienza acelerase, asustado trata de zafarse, pero enseguida lo aprisionan varios brazos que lo inmunizan. Siente que alguien lo besa detrás de su nuca, lo que le hace sentir un escalofrió indescifrable. Enseguida otras manos toman sus mejillas y unos labios se postraron en los suyos.

Sus emociones se confunden aun más cuando comienzan a lamer sus heridas. Sus dolencias van menguando con el analgésico de la saliva. Sus temores desaparecen al sentir estimulación corporal. Su equilibrio emocional mejora a tal grado que ahora esta inmerso en una gran excitación. Esta apunto de alcanzar el orgasmo cuando unas carcajadas retumban por toda la caverna. Otra vez se encuentra solo, ya nadie lo besa, ni lo abrazan. Lleno de furia y aun agitado, maldice que se estén burlando de él.

De la nada aparece un círculo creado por llamas. De esa especie de luna negra rodeada de fuego sale una mujer hermosa, cautivadora y seductora. El brillo deslúmbrate lo ciega por unos segundos. Desconcertado y molesto trata de interrogar a la recién aparecida. Pero ella se anticipa a sus cuestionamientos como si le hubiese leído el pensamiento, le dice que no tiene tiempo de explicarle muchas cosas. Pero que lo ayudara a salir de ahí, ya que fueron creados por el mismo ser. Y que al igual que a el, la había abandonado y desterrado entre las ruinas del desierto.

Un leve temblor sacude la tierra dentro de la cueva y la gran piedra que cubre la entrada se mueve, dejando entrar aire fresco en aquel fétido lugar. El resucitado esta en un mayor estado de confusión, no logra asimilar lo que sucede. La bella mujer le apura para que salga de ese recinto mortuorio. Argumentando que pronto será consumida la oscuridad por la luminosidad del sol y que además la gente pronto reanudara sus actividades diarias después de su día de descanso, lo que dificultaría su huida.

Le comenta que fuera de ese recinto mortuorio se encuentra su madre y la mujer de Magdala, señalándole que esta última esta preñada. Que huya con ellas lejos de esa tierra, porque sus vidas y la de su hijo por nacer están en peligro. Aun desorientado, pero convencido de que tiene que salir de ahí, se apresura hacerlo. Se reúne con las mujeres que perturbadas lo miran, sin decirles nada las toma de la mano. Se ponen en marcha para alejarse sin saber hacia donde ir.

De inmediato un fuerte olor azufre invade aquella fétida caverna, aparece una enorme bestia alada envuelta en llamas. Le reclama molesto a la seductora mujer por haber revivido y dejado ir a aquel hombre. Con sonrisa irónica le responde a ese extraña creatura. Prepárate para reinar este mundo por toda la eternidad, nuestro padre ha cometido un fatal error al dejar el libre albedrio a los seres humanos pensando que con el sacrificio de uno de sus hijos germinaría la compasión, la piedad, la misericordia y el amor al prójimo. Por lo que ahora, con la resurrección de nuestro incauto hermano, lo único que se gestara, será la confusión, el caos, el miedo y las ansias de poder.

Unas fuertes risas sobrenaturales retumbaron en aquel lúgubre lugar, después todo quedo en calma y un nuevo amanecer surgió por el horizonte.

5 comentarios:

Javier Ortiz dijo...

Eso le pasa a Dios Padre por hacer a su hijo con la dualidad: Dios-humano… Mejor lo hubiera hecho etéreo ¿no?... Y la mujer rodeada en llamas, ¿quién era? Me quedé con esa intriga… Bueno, la literatura es así ¿no?

Buena ficción, aunque por momentos la fuerza narrativa se pierde, además de que por allí hay algunas ‘faltitas’ de ortografía (principalmente en las acentuaciones) y, en una parte el tiempo narrativo se confunde (tan sólo en una oración; el texto está en presente y por allí, se habla en pasado).

Ojalá no tomes a mal está última observación… Creo que tienes talento, sólo falta que te depures un poco (de hecho, yo ‘tambor’ me considero amateur).

Saludos.

Javier Alfaro Martínez dijo...

Gracias por tus comentarios, Javier.
No lo tomo a mal, por el contrario sirven para mejorar en ese aspecto. En cuanto al tiempo narrativo tienes razón, es que lo estaba elaborando en pasado y después cambie de parecer y lo puse en tiempo presente. Se me paso en esa parte del texto.

Saludos.

El merodeador mañanero dijo...

Buena alternativa bíblica!

Leí varios de tus cuentos, me parecen buenos. Me gustan más a los que le imprimes ese toque filosófico.

Saludos, seguiré visitándote!

Javier Alfaro Martínez dijo...

Gracias por tu visita y comentarios, merodeador mañanero.

¿De dónde eres?

Anónimo dijo...

Excelente narración, Si fuera el escritor Nikos Kazantzakis la hubiera puesto al final de la novela La Ultima Tentación de Cristo