
Lázaro
Hace tiempo que permanece escondido, dejándose llevar por el azar de su memoria y la fluidez de su absurda historia. Pensando en el significado de su existencia, sin encontrar respuesta. Sus holgados e inmundos ropajes, apenas si cubren su esquelético cuerpo en estado de descomposición. Las bacterias y los parásitos jamás terminaron de realizar su trabajo, aunque el olor a podrido y el moho siguieron acrecentándose en gran parte de su ser.
Por más de dos milenios ha vagado por el mundo, provocando la más funesta repulsión. Lo han llamado; monstruo, zombie, vampiro y hasta un simple y vulgar chupa cabras.
Pero ya no sufre, porque se acostumbro al dolor. Ya no llora, porque sus lágrimas como ácido le quemaban sus mejillas. Ya no siente coraje, ni odio por los hombres que tienen oportunidad de morir. Porque sabe que ese celo lo haría terminar con ellos, erradicando de la tierra su huella.
Por eso ahí oculto, con su rostro lacerado por el mortecino pasar de los años, permanecerá con un solo pensamiento en su maltrecha mente; ¿Por qué fue resucitado?