jueves, 27 de noviembre de 2008

Sueño virtual

Seis de la mañana. Una proyección digital apareció del despertador electrónico, indicándome que era hora de levantarse. Somnoliento fui por un disparo de aire filtrado a la ducha de viento. En la cocina se encontraba Delfina mi esposa, preparando el desayuno.

Coral mi primogénita de 6 años, salto de su cama magnética flotante y se dirigió a mí para darme un beso y recordarme que no se me olvidara la cámara digital para que le tomara muchas fotografías e imágenes virtuales de su festival. Desorientado le cuestione; ¿cual festival? la felicidad se le desdibujo de su rostro.

— Tiburcio –grito mi esposa furiosa− ¿No me digas que olvidaste el evento que habrá en la escuela de tu hija?

— ¿Cuál evento? —respondí—

— El del Gran Pez —replico Delfina— en el cual premiaran al mejor disfraz.

Se me había olvidado el certamen en el que participaría mi hija. Por estar laborando en unos hologramas arquitectónicos sobre unas capsulas espaciales. Además tenía una junta con los encargados del proyecto a las ocho de la mañana.

Se desato una discusión. Me reprocharon el poco tiempo que compartía con ellas. Enfurecido respondí en forma violenta y poco inteligente, mi hija se asusto y corrió a esconderse. Desconcertado y sin terminar mi almuerzo, me vestí y me dirigí al garaje.

Aborde mi ciclomotor de hidrogeno dándole la orden de que encendiera el tren de levitación y que avanzara. En esos momentos se me atravesó mi hija disfrazada de pez. Se escucho un grito desgarrador que salió de la garganta de mi esposa, frene bruscamente en forma manual. Fue en vano, un par de metros adelante cayo coral.

Baje de mi vehículo. Mis piernas no me respondieron, caí desmayado. De pronto escuche una vocecita que decía:

— ¡Papi, papi, levántate!

Desperté en forma súbita, mi hija todavía en pijama me besaba. Era un sueño virtual, una terrible ilusion imaginaria lo que acababa de experimentar. Me quite y desconecte el casco interactivo. La abrase fuertemente. La llene de besos efusivamente, decía que me contuviera, que la estaba lastimando. Gire hacia un lado, mi esposa sonreía. La bese y le dije que esperas amor, se nos hace tarde para el festival.

(Idea original de mi hermano Carlos )

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